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Me duela la espalda.

Si alguna vez has dicho esto, eres parte de las ocho de cada diez personas que sufren de dolor de espalda en algún momento de sus vidas. El dolor de espalda puede ser agudo o crónico y sus causas pueden variar. Es una de las causas más comunes de consulta a los médicos.

Si alguna vez has levantado un objeto pesado, pasas horas sentado, hiciste un mal movimiento, o simplemente sufriste un golpe puede que te sufras de dolor de espalda.

Este dolor puede ser leve y constante, o presentarse como punzadas que te dificultan el movimiento. También puede surgir de repente, debido a una caída o algún problema con la alineación de tus huesos.

Un dolor de espalda se clasifica como agudo cuando aparece súbitamente y dura algunos días o pocas semanas. Si en cambio, el dolor de espalda dura más de tres meses, se dice que es crónico.

El dolor de espalda puede deberse a diferentes causas. La tensión muscular, el espasmo, discos lesionados y la hernia discal son algunas de las causas más comunes. También puede ser causado por accidentes, caídas, fracturas, esguinces y mala postura. Además, el dolor de espalda puede acompañar a otras enfermedades como la artritis, la escoliosis, la fibromialgia, la endometriosis y a condiciones especiales como el embarazo. Igualmente, el dolor de espalda puede surgir debido a alguna infección, tumor o por estrés.

Consulta a tu médico si tu dolor de espalda es constante e intenso, en especial cuando estás descansando. Así mismo, si el dolor de espalda se refleja en las piernas, si te causa debilidad, adormecimiento u hormigueo en una o las dos piernas, debes hablar con un especialista de inmediato.

Una vez determinada la causa de tu dolor, tu médico te recomendará un tratamiento que puede incluir medicamentos analgésicos (medicinas para le dolor), relajantes y/o anti inflamatorios, y/o que asistas a un terapeuta físico, para que lleve a cabo tu rehabilitación.

Aquí con el terapeuta físico existen varias terapias, como lo son: terapia descontracturante, ejercicios específicos, la estimulación eléctrica transcutánea, la manipulación, entre otras técnicas como lo ha sido actualmente el vendaje neuromuscular o cinta kinesiológica.

La espalda y las emociones

Una de las causas que se relacionan con los problemas de espalda, a pesar de que muchas personas no creen en ella, es la de estar sometidos durante mucho tiempo a algún tipo de emoción negativa que ha ido causando una tensión continuada en una zona de la espalda y finalmente se ha vuelto crónica.

En este caso, cuanto más estrés o tensión emocional sufrimos, más nos duele la zona. Y no siempre lo padecen personas nerviosas, ya que en muchos casos sucede que la persona lo sufre por dentro sin demostrarlo, y precisamente por eso le duele.

Estas son las emociones que se relacionan con las diferentes partes de la espalda:

  • Romboides: rabia.

  • Trapecios: incapacidad y frustración.

  • Cervicales: exceso de responsabilidad.

  • Dorsales: miedo.

  • Lumbares: frustraciones.

Si queremos tratar los problemas de espalda y las emociones relacionadas deberemos tener en cuenta que tendremos que cambiar algo en nosotros mismos. Siempre podemos acudir a un terapeuta, ya que finalmente, una parte fundamental del tratamiento debe ser el trabajo externo y manual de la zona a manos de un profesional, de manera continuada hasta que mejoremos o puntualmente cuando tengamos dolores.

Se recomienda siempre dar seguimiento con el fisioterapeuta para que nos ayude a entender los desequilibrios físicos que sufrimos, y mejorar la calidad de vida.

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© Dorina Elainy

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